El juego es simple: desliza una pequeña gota de agua alrededor de un cristal de ventana, evita las espinas y recoge las perlas. Fácil, ¿verdad?

Absolutamente, pero la belleza de Quell está en la curva de dificultad perfectamente inclinada: es tan difícil como poner a prueba tus poderes de lógica, pero nunca tanto como para dejar de ser divertido. La música suave (del aclamado compositor Steven Cravis) y el ambiente crean el entorno perfecto para que tu cerebro pueda participar plenamente con estos ingeniosos acertijos.

Si estás dispuesto a cavar aún más profundo, hay una narrativa paralela que cuenta una conmovedora historia de amor, pérdida y nostalgia. De cualquier manera, Quell es una experiencia inquietante que permanecerá contigo mucho después de que hayas terminado.